martes, 24 de noviembre de 2009

Happy faces

Todos parecen felices, con sus cigarrillos.

Qué ironía, yo me sentía muy desdichado por ser un fumador.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Dejar de fumar es como un muerto

Dejar de fumar es como cuando muere alguien, lo extrañás mucho al principio, después cada vez menos y finalmente te acordás solo los buenos momentos que compartieron juntos.

Eso sí, el cigarrillo, como cualquier muerto se vuelve más bueno cuando lo mataste.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Sine qua non

No hay comilona sin cigarrillo. No hay copa de vino sin cigarrillo. ¿Cómo se sigue después de eso?

martes, 10 de noviembre de 2009

Los platos sucios se lavan en casa

¡Qué jodido! Lavé los platos para evitar fumar después de comer.

Sigo pensando cuál es el cigarrillo que más extraño.

¿Cuál es el tuyo?

lunes, 9 de noviembre de 2009

Dificil momento

Cuando te sentás en el escritorio después de ir a buscar un café y mirás el horizonte, haciendo una pausa. Y pensás, qué ganas de un cigarrillo ahora mismo.

domingo, 8 de noviembre de 2009

¡Qué alguien me explique!

A ver, qué alguien me explique esto: quiero dejar de fumar para no estar esclavizado al cigarrillo y ahora estoy esclavizado a ¡querer dejar de fumar!

Fin de Fin de Semana

Finalmente terminó el fin de semana. Si hay días duros para los que queremos dejar de fumar, son los fines de semana.
Se repite mucho esta escena: estoy sentado charlando, hablando muy feliz y de repente me cuelgo y me imagino dando una pitada, inflando mis pulmones, llenándolos de humo.

Me fumaría un pucho ahora para festejar que no fumé en todo el fin de semana. Qué calvario.

Fin de Semana sin humo

Es quizás el momento más álgido de todos. La pasé como el culo. Daba grandes bocanadas como un pez fuera del agua para hacerme de aire nuevo, como si fumara sin fumar.

Sobreviví, por ahora, a los tres días sin fumar, donde dicen, se elimina toda la nicotina del cuerpo. Todo lo que queda, de ahora en más, es psicológico.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Pasan las horas

Son las 19.38 del sábado 7 de noviembre. Llevo dos días y 16 horas sin fumar. Y este es el peor momento de todos. Lo necesito, lo siento en mis manos y en mis articulaciones.

¿Por qué?

¿Por qué empiezo a escribir en este blog? Quiero dejar de fumar. Pero no se cómo hacerlo.

Todo empezó con una promesa, una promesa a un ser muy querido. Y quiero mantener esa promesa.

Voy a relatar todo lo que ocurra mientras trato de dejar esta adicción. Los invito a ser parte y, por una vez, entender a un fumador antes de juzgarlo.